MUNDO NATURAL
CONOCIMIENTO DEL MUNDO NATURAL.
TERCER CICLO (CUARTO Y QUINTO AÑO DE VIDA)
CARACTERIZACIÓN DEL ÁREA
Los intereses de los niños de cuarto y quinto años de vida parten de su realidad inmediata, del mundo que los rodea. La naturaleza es una fuente importante para propiciar el desarrollo de intereses, conocimientos y habilidades en los niños, ya que tiene la ventaja de ser rica en materiales, experiencias y hechos observables, además de permitir un intercambio directo e intenso con los niños.
El objetivo fundamental a lograr en este ciclo en el área de naturaleza es que los niños amplíen y enriquezcan las vivencias acerca de los fenómenos naturales, precisen sus representaciones sobre ellos, y se apropien de modos de intercambio con el mundo natural que les permita explorarlo y cuidarlo mejor.
Los conocimientos adquiridos durante las actividades de naturaleza deben ser aprovechados en otras áreas. Los niños pueden expresar a través de la música, el lenguaje, la plástica, etc; el resultado de su intercambio con el medio.
Las emociones que experimentan los niños y la significación social del cuidado y utilización de la naturaleza, pueden ser reflejadas y ampliadas en las actividades de vida social.
Una vez terminado el ciclo, los niños deben poseer una adecuada preparación para enfrentarse, en el sexto año de vida, a tareas más complejas y cualitativa mente diferentes, como es la sistematización de los conocimientos naturales.
OBJETIVOS
. La educadora encaminar su trabajo a que los niños del ciclo logren:
. Conocer algunas características del sol, el agua y el aire.
. Comparar plantas en cuanto a la forma, tamaño y color de sus partes.
. Conocer algunas características de las plantas ornamentales, alimenticias y medicinales.
. Comparar animales en cuanto a su aspecto exterior, la forma de trasladarse de un lugar a otro, y la alimentación.
. Diferenciar partes del cuerpo humano y las acciones que se pueden realizar con ellas.
. Conocer los órganos de los sentidos y su función.
. Reconocer la importancia de utilización y cuidado la naturaleza.
CONTENIDOS
Naturaleza inanimada:
- Conocimiento de algunas características del sol (forma, color, luz y calor).
- Observación de manifestaciones de la necesidad de la luz. Diferenciación de objetos transparentes y opacos.
- Conocimiento de algunas características del agua: cambio de estado, no tiene color ni sabor, deja pasar la luz, algunas cosas flotan y otras no. Su importancia.
- Conocimiento de la existencia del aire. Su importancia.
- Observación de las nubes.
- Diferenciación de algunos cambios en el estado del tiempo (día nublado, lluvioso y soleado).
- Diferenciación de algunos cambios en el estado del tiempo (día nublado, lluvioso y soleado).
Mundo vegetal
- Comparación de algunas plantas en cuanto a la forma, tamaño y color así como de sus partes: hojas, flores y tallos.
- Reconocimiento de algunas características externas y el nombre de plantas ornamentales.
- Conocimiento sobre algunas plantas alimenticias (nombre, partes de la planta que se consume, forma de consumirse, cómo se siembra, características externas de la planta, etcétera).
- Identificación de plantas medicinales (nombre, forma, color, partes de la planta que se utilizan, forma en que se consume, para qué). Reconocimiento de la necesidad de sembrar plantas medicinales.
Mundo animal
- Conocimiento de algunas características de los animales (aspecto exterior, forma de trasladarse de un lugar a otro y de alimentarse)
- Reconocimiento de la importancia de cuidar a los animales.
Hombre.
- Diferenciación de las partes del cuerpo humano y sus funciones.
- Conocimiento de los órganos de los sentidos y su importancia.
- Reconocimiento de la importancia de cuidar y utilizar la naturaleza.
ORIENTACIONES METODOLOGICAS
El enfoque metodológico de este programa consiste en estimular el interés de los niños hacia el mundo natural, en despertar la curiosidad y buscar siempre, un nuevo conocimiento.
En el cuarto y quinto años de vida, la educadora debe estimular al niño a interactuar con ese mundo que le interesa. El debe ser quien observe, actúe, explore, descubra, establezca relaciones, y paulatinamente llegue a sus propias conclusiones, gracias a la adecuada organización de la actividad y la guía de la educadora.
Para el tratamiento de los contenidos de mundo natural la educadora cuenta con una frecuencia quincenal. Al seleccionar el momento en que se va a dar determinado contenido a los niños, ella debe tener en cuenta que el fenómeno natural debe estar presente, siempre que sea posible. Es por eso que se sugiere aprovechar cualquier ocasión del día que resulte propicia para realizar las observaciones, hacer algún experimento, etcétera.
Deben utilizarse los horarios de la guardia en la naturaleza, el trabajo en el huerto y la relación con actividades programadas de otras áreas como son: vida social, educación plástica, lengua materna, nociones elementales de matemática, entre otras. La educadora deber determinar el tiempo a dedicar a cada contenido programático. Además, podrá organizar varias actividades para un mismo contenido.
Al seleccionar los procedimientos metodológicos para abordar los contenidos de esta área se debe tener presente, en primer lugar, que el objetivo principal que se persigue en este ciclo es enriquecer las vivencias de los niños, por eso al planificar las actividades se procurar que estos contacten, lo más directamente posible, con el fenómeno que se analiza, lo observe, se asombre, medite sobre él, pueda explorarlo con ayuda de los órganos de los sentidos, pregunte y exponga sus ideas. Se debe ser muy receptivo a las inquietudes e interrogantes que los niños del grupo tengan acerca de los fenómenos naturales y utilizarlos para fomentar la curiosidad y la exploración por parte de estos.
Las representaciones que se forman en los niños acerca del mundo circundante dependen en gran medida del modo en que ellos ven los objetos y fenómenos. De ah! que la observación se convierta en un procedimiento rector en el enfoque metodológico del área.
La observación y la percepción tienen una base fisiológica común. Con apoyo en la percepción se reflejan las características concretas externas de los objetos y fenómenos. La observación es un proceso que puede alcanzar límites más amplios, ya que puede reflejar además, las vinculaciones y dependencias que existen entre los objetos, sus regularidades generales y relaciones internas. Esto es posible porque durante este proceso de observación interviene no sólo la percepción, sino el pensamiento y el lenguaje.
La percepción del objeto sin un suficiente trabajo del pensamiento puede conducir a deducciones casuales y superficiales.
Por otra parte, el éxito de la observación depende en grado considerable de la orientación de la atención hacia aquellos aspectos del objeto o fenómeno que deben ser captados como elementos importantes así el lenguaje debe ejercer una función orientadora.
La educadora al planificar la observación debe tener presente las características específicas de estos procesos en la etapa preescolar. Como es conocido, cuando el objeto observado por los niños es muy novedoso para estos o de gran interés, como es el caso de los seres vivos, en los primeros momentos de interacción con el objeto se crea en el cerebro un potente foco de excitación, que los mantiene abstraídos por la percepción directa y las preguntas del adulto son imperceptibles para ellos.
De ah! que se recomienda en esos casos presentar a los niños dichos objetos o seres vivos con antelación a la actividad programada, de manera que puedan observarlos libremente, aproximarse, interactuar con ellos y formarse para sí su propia impresión del objeto. con posterioridad durante la actividad programada, los niños logran una mejor orientación de su atención hacia el sistema de preguntas preparado por la maestra, lo cual permite una observación más efectiva del objeto en cuestión.
El sistema de preguntas lo confecciona la educadora a partir de los objetivos del programa. Debe tener en cuenta los conocimientos y vivencias previos que poseen los niños y las características concretas del objeto o fenómeno que se debe analizar. Debe propiciarse que se hagan evidentes en el proceso de observación las características y relaciones que deben ser captados por los niños.
Otro procedimiento metodológico importante es la comparación. Los niños podrán observar más de un objeto en cuanto a determinados aspectos, para encontrar semejanzas y diferencias entre ellos.
A partir de los principios metodológicos expuestos, la educadora podr crear las condiciones didácticas que considere necesarias en cada actividad para cumplir los objetivos del área, según su creatividad, materiales disponibles y experiencia pedagógica.
A continuación ponemos a su disposición algunas sugerencias para el tratamiento de los contenidos del área.
NATURALEZA INANIMADA
Algunas características del sol.
La educadora podrá proponer en cuarto y quinto año, diferentes tareas para este fin, por ejemplo: vamos a hacer con los brazos la forma del sol, ¿qué otras cosas hay de esa forma?
Los niños pueden permanecer un rato al sol y otro a la sombra: ¿cuándo tenían más calor?, ¿qué nos da el sol? Los niños observan la sombra y detectan que no siempre está del mismo tamaño, también se puede organizar a modo de juego, el teatro de sombras. Al finalizar este aspecto los niños deben aprender que el sol nos da luz y calor
Se recomienda evitar que ellos miren directamente al sol mientras se realizan estas observaciones, pues daña la retina.
Manifestaciones de la necesidad de luz para las plantas y las personas.
Con el fin de orientar la atención y la percepción de los niños hacia estos aspectos, la educadora puede poner en práctica experiencias sencillas, como colocar una planta dentro de una caja que tiene un agujero en la esquina. Los niños deberán regarla cada día. Al destaparla, la examinarán para ver en qué ha cambiado. A los niños no se les deben dar los elementos esenciales de esta observación, sino dirigirla de forma tal que ellos solos arriben a la conclusión de que la planta se orienta hacia el lugar por donde entra la luz (agujero), cambiando la posición del tallo.
Se podrán hacer preguntas como: ¿por qué la planta se estar inclinando?, ¿por qué se inclina hacia ese lado?, ¿y esta otra planta que no la colocamos en una caja se inclinó?, ¿por qué? Con la guía de la educadora los niños deberán concluir que la planta busca la luz porque la necesita.
Para demostrar que la luz es necesaria para las personas (sin luz no vemos lo que nos rodea), se pueden crear las condiciones para que los niños comprendan que a pesar de que los objetos están frente a nosotros y tengamos los ojos abiertos, si no hay luz no los percibimos.
Esto puede lograrse por medio de una observación comparativa de un local, que al cerrarse quede lo más oscuro posible. Anterior a ese momento se le da la posibilidad a los niños de observar y describir los objetos del salón. Después se cierran las puertas y las ventanas y se les pide que traten de encontrar con la mirada los objetos, se harán preguntas hasta que ellos determinen que no los ven y el único cambio es la ausencia de luz. Se lleva una linterna, vela u otra fuente de luz para demostrarles que se logra ver aquello donde caen los rayos de luz y comprueben que todo está en su lugar, solo que no había luz. Se puede preguntar: ¿por qué no se ven ahora las cosas?, ¿qué sucedió?, ¿qué es necesario para poderlas ver? Ahora con la luz de la linterna se ve, ¿por qué?
Al seleccionar el tratamiento metodológico para que los niños comprueben que hay objetos que dejan pasar la luz (transparentes) y otros que no (opacos), se puede proponer mirar a través de objetos transparentes (vidrio, plástico, etc.) y opacos (cartón, madera, u otros). La educadora puede invitar a los niños a mirarse unos a los otros a través de dichos objetos. Este proceso puede guiarse con preguntas: ¿puedes ver a tu compañero?, ¿por qué? Luego se les pide a los niños que busquen cosas a través de las cuales se pueda ver.
Se sugiere trabajar este contenido en el quinto año de vida, al igual que los que le dan continuidad mediante la observación de la transparencia del agua.
Conocimiento de algunas características del agua
El primer contenido que se recomienda abordar en el cuarto año de vida acerca del agua es el referido a si algunos cuerpos flotan en ella. Esta actividad se organiza de una forma muy sencilla. Una variante es invitar a los niños a que coloquen objetos en el agua (corcho, madera, plástico, metal, etc.), observen y describan qué pasa: ¿cuál se hundió?, ¿cuál queda arriba? Guiarlos a la conclusión de que algunas cosas se hunden y otras flotan.
Otro contenido es el que trata sobre los cambios del estado físico del agua, siguiendo el principio del carácter activo del niño en el proceso de enseñanza.
La maestra podrá escoger diversas variantes para tratar este aspecto. a) Proponer a los niños recoger un poco de agua en un recipiente y observar las características (líquido, se derrama, etc.) y después colocarlo en el congelador. Pasado un tiempo prudencial, sacarlo del recipiente y observarlo: ¿qué cambió?, ¿por qué?, ¿cómo está el agua ahora?, ¿se derrama?, ¿está caliente o fría?, ¿por qué?
b) Orientar a los niños colocar el recipiente en un lugar visible a temperatura ambiente un rato y de nuevo observar: ¿qué pasó?, ¿por qué? Dejar que ellos se expresen y saquen conclusiones. Se les puede estimular a que digan rimas o poesías sobre el agua, y repitan los experimentos en su casa. También, la educadora puede invitarlos a observar qué sucede si se calienta agua. Observar el vapor al ebullir.
Estas observaciones las pueden hacer los niños en su casa con ayuda de sus padres en caso de que sea imposible organizar la experiencia en la institución. La educadora les podrá formular preguntas a los niños como: ¿qué observaron?, ¿saben por qué?, ¿qué pasaría si quitamos un rato la cazuela de la candela?.
Al tratar algunos aspectos del agua, resulta favorable recurrir a la comparación. Por ejemplo: al analizar que el agua es inodora se puede proponer a los niños oler diferentes líquidos (perfume, alcohol, café, etcétera) y compararlos con el agua. La educadora los estimular a que expresen el resultado de su comparación: ¿este tiene olor?, ¿y este?, ¿el agua tiene olor?, ¿en qué se diferencian?. El mismo procedimiento puede emplearse al analizar que el agua no tiene sabor. Se le puede proponer a los niños probar cosas dulces, saladas, ácidas y compararlas con el agua.
Se sugiere impartir en quinto año de vida el aspecto referido a si el agua permite pasar la luz porque es transparente. Una variante es la siguiente: los niños miran a través de un recipiente con agua y de otro con leche y comparan el resultado. Se puede preguntar: ¿qué ves a través del agua?, ¿y cuando miras a través de la leche, puedes ver?, ¿por qué?
Se deben aprovechar los procesos de alimentación y de atención a los animales y plantas para enfatizar la importancia del agua.
Conocimientos de la existencia del agua.
Con el fin de aumentar las vivencias acerca del aire la educadora debe propiciar que el niño comprenda que aunque el aire no se ve, si lo sentimos. Para esto pueden instrumentarse diversas vías, entre ellas la siguiente: la educadora puede preguntarle a los niños, ¿cómo sabemos que hay aire?, ¿lo vemos?, ¿lo sentimos?, ¿lo tocamos? Los niños conversan sobre qué nos hace el aire, cómo notamos su presencia (nos despeina, nos empuja, mueve las hojas, los barcos de vela, lo cogemos al respirar, etcétera).
Se puede invitar a los niños a colocar barquitos de papel en el agua y echarles aire para notar cómo se desplazan. También se les puede proponer respirar fuerte y colocar la mano cerca de la cara para que sientan el aire que expulsan, entonces preguntarles: ¿podemos estar mucho rato sin respirar?, ¿necesitamos el aire? Otro recurso puede ser presentarles globos, pelotas u otros objetos inflables para que los niños digan qué tienen dentro y lo comprueben al dejar escapar el aire.
Observación de las nubes
Al observar las nubes los niños tendrán la oportunidad de ver la variedad en cuanto a forma, tamaño y color. Podrán establecer algunas relaciones entre su color y la posibilidad o no de lluvia. Las preguntas de la educadora pueden servir de guía en estas observaciones, por ejemplo: ¿ las nubes nos indican que va a llover?, ¿cómo lo saben?, ¿cómo se dice que está el día cuando en el cielo hay muchas nubes? (nublado); busquemos la nube más grande y la más pequeña, ¿qué forma tienen?, ¿a qué se les parece?.
Estas actividades pueden vincularse con educación musical y plástica, donde los niños pueden recrear todas estas vivencias con canciones referentes a las nubes y la lluvia, así como dibujos y modelados sobre ese tema.
Las actividades programadas referentes a la naturaleza inanimada se irán insertando en los diferentes períodos durante el curso escolar, tratando siempre de propiciar el contacto directo con los fenómenos.
Las observaciones del estado del tiempo.
Estas observaciones se realizarán diariamente en cualquier momento del día. Servirán para reafirmar los conocimientos acerca del sol, el aire, el agua, las nubes, entre otros. La educadora podrá, en ocasiones, utilizar algunos medios didácticos para facilitar la observación o permitir que los niños reflejen el resultado de esta. Por ejemplo, puede sacar banderitas al patio para percibir si hay brisa, viento y su dirección. Puede proponer a los niños dibujar después de la observación, algún aspecto que se quiera destacar.
Con el fin de que los niños distingan las variaciones del estado del tiempo, estas observaciones podrán realizarse más de una vez al día, cuando estos cambios se hagan evidentes. Por ejemplo: un día puede amanecer soleado, por la tarde nublarse y llover, o viceversa.
Con el fin de que los niños distingan las variaciones del estado del tiempo, estas observaciones podrán realizarse más de una vez al día, cuando estos cambios se hagan evidentes. Por ejemplo: un día puede amanecer soleado, por la tarde nublarse y llover, o viceversa.